Historia:

La presencia de un quirófano en nuestras instalaciones se ha vuelto no solo urgente, sino esencial para nosotros. A diario, nos enfrentamos a situaciones que requieren soluciones inmediatas, y la existencia de un espacio equipado es esencial para atender a nuestros queridos animales.

Anteriormente, dependíamos exclusivamente de veterinarios externos, lo cual resultaba en costos masivos para cualquier lesión, pelea o mordida que pudiera surgir. Cada vez que necesitábamos atención urgente, debíamos llamar a una clínica veterinaria, llevar al animal al local y costear los gastos con el esfuerzo de la generosa contribución de la comunidad y las donaciones.

La adquisición de nuestro propio quirófano, aunque de dimensiones modestas, ha marcado una diferencia significativa. Ahora, tenemos la capacidad de brindar atención inmediata, realizar curaciones diarias y llevar a cabo castraciones para controlar la población de perros machos y hembras en el refugio.

El quirófano no solo ahorra costos a largo plazo, sino que nos permite utilizar los recursos de manera más eficiente.
Las donaciones son fundamentales para mantener en funcionamiento este espacio vital. Cada día, afrontamos gastos diarios, y contar con el apoyo de la comunidad nos permite emplear estos recursos de manera efectiva para garantizar la salud y el bienestar de nuestros animales.

El esfuerzo conjunto de todos los involucrados refleja un compromiso valioso y vital hacia la misión que compartimos: cuidar y proteger a aquellos que no pueden hacerlo por sí mismos.